10 tips para sobrevivir a un día de playa con peques ¡y no huir en el intento!

Pasar un día de playa con nuestra familia parece un plan de lo más placentero y relajante (sobre el papel). La realidad es un poco diferente y, si no nos organizamos bien, puede convertirse en un auténtico caos.

Y de todo esto sabe un rato Txell Hernández, jefa de redacción de Mammaproof Barcelona, así que muy majetonamente ha decidido darnos diez superconsejos para que nunca más quieras desaparecer bajo la arena cuando vayas a la playa con churumbeles. ¡Con ella os dejamos, estad bien atentos!

Como madre de dos niños y fan auténtica de la playa creo que tengo autoridad suficiente como para darte algunos tips que te ayudarán no solo a sobrevivir a un día de playa con peques, sino a disfrutar y gozar en mayúsculas.

Probablemente este sea el consejo más importante de todos. Cuando no tienes personitas a tu cargo crees que «playa» es sinónimo de paz, relax, escuchar el rumor de las olas chocando contra las rocas, leer una tonelada de revistas, escuchar tu playlist favorita, ponerte al día con tus amigas, tu madre, tu pareja, practicar mindfulness, marcarte unas asanas de yoga o tomarte una caipiriña.

Cuando vas a la playa con niñ@s la jornada se convierte en otra cosa. Ni mejor ni peor pero sí diferente, y es importante tenerlo claro. Probablemente ni siquiera tengas tiempo de leer la portada del libro y vas a pasarte el día (dalo por hecho) rebozada de arena. Eso sí, te vas a divertir un buen rato.

El timing es de vital importancia. Intenta no ir en hora punta, eso dinamitaría cualquier posibilidad de pasar un día feliz. Cuando la playa está llena a rebosar tienes menos espacio, los niños se alborotan más fácilmente, animados por el ruido y el follón, es más fácil perderles la pista y tenéis altas posibilidades de acabar quemados por el sol.

Te recomiendo poner el despertador, preparar todos los bártulos la noche antes e ir a primera hora, cuando el sol es benevolente con la epidermis y solo hay unos pocos early birds sobre la arena.

Si llegas pronto tienes la oportunidad de elegir una buena localización para asentar el campamento, perdón, las toallas. Lo ideal es situarse cerca de la orilla, pero no demasiado. Lo justo para que los peques puedan hacer castillos con la arena húmeda pero sin preocuparte de que una ola te deje empapada.

En casa siempre nos organizamos para ir de vacaciones playeras en septiembre. El tiempo todavía acompaña y las playas están mucho más tranquilas. En esa época es posible encontrar una calita remota y disfrutarla prácticamente en exclusiva.

Para gustos los colores, pero a mi familia y a mí nos gustan las calas medianas y de fácil acceso (a nadie le apetece estar caminando bajo el sol o descendiendo por rocas con un bebé en brazos y un niño de la mano).

En lo que se refiere al tipo de arena, preferimos las de piedras. Con unas buenas cangrejeras puedes caminar cuanto quieras sin sentir dolor en los pies, y a los niños les encanta recoger las piedras más bonitas y hacerlas rebotar planas en el agua. Y todo ello sin tener que dedicar horas a quitar la arena fina que se cuela por todas partes.

¡Aunque de vez en cuando también nos gusta disfrutar de una playa de arena fina para poder darnos una buena sesión de castillos de arena!

Mi experiencia me dice que es mejor ser minimalista en lo que a trastos se refiere. Lleva lo justo y necesario, no exageres. Ten en cuenta que es más que probable que los niños no se tumben ni un segundo sobre la arena, así que no es preciso llevar esterilla para ellos. Está bien llevar algún juguete, pero no demasiados. Al final acaban entreteniéndose más con un palito y una pluma de gaviota que con todos los cubos y palas.

Lleva agua fría y fruta fresca para estar bien hidratados. Y mejor que no cargues con cosas de valor para evitar cualquier robo. Cuando estás con niños es fácil despistarse y que algún listillo encuentre una oportunidad de oro para llevarse lo que no es suyo.

No es necesario que te pongas un burkini pero sí que está bien llevar un bikini o bañador cómodo con el que puedas correr, saltar, nadar, jugar a palas y perseguir niños sin estar metiendo tripa.

Ir a la playa con peques puede ser un reto, especialmente si son pequeños y si tienes más de uno. En ese caso se agradece (¡y mucho!) ir acompañada por tu hermana, tu pareja o con una amiga y sus pequeños, así, ellos se divierten y tu puedes tener una conversación adulta y contar con apoyo. Win win!

No hay que ser paranoica pero sí es cierto que la playa tiene algunos peligros y hay que tenerlos en cuenta. Haz caso de las recomendaciones de los vigilantes (si la bandera no es verde mejor dar marcha atrás y volverse a casa), explica a tus hijos qué hacer si se pierden, hazles llevar los manguitos en todo momento si no saben nadar, etc.

Al llegar a la playa es bueno enseñar a los pequeños dónde estamos y darles una referencia para que puedan encontrarnos en caso de perderse. Dales un referente fijo que puedan recordar (el chiringuito, la bandera, lo que sea, pero no una sombrilla u otra cosa que pueda cambiar de sitio o desaparecer).

Lo último, pero no menos importante: déjate llevar. Disfruta del momento y convierte el ir a la playa en un tiempo de calidad en familia. ¡Sed felices!

Mil gracias a Txell por el artículo y todos estos tips para aguantar el tipo en veranito, ¡nos ha encantado! Podéis seguirla en www.mammaproof.org o @cfw.mammaproof  y descubrir muchísimos planazos y consejos para hacer en familia con vuestros peques. Ah! y si no eres de playa, también puedes refrescarte en uno de los 50 lugares de la guía Family Welcome de mammaproof en Madrid y Barcelona. 

También a nuestra jefesita y sus dos sirenitas preciosas, @azulmostaza por hacer estas fotos tan bonitas.

¡Feliz día!